
Te esperaré al otro lado del río,
hasta que decidas cruzar ese puente
y ser mío... para siempre.
Sé que traes triunfos y derrotas,
mas si te quedas, serás mi victoria...
No pretendo que apagues la luz,
por más que quiera ser tu noche...
Tampoco quiero poner fin a esta pasión,
ni que escurra por tus manos la savia de mi amor.
Sé que estás del otro lado,
dubitativo y tembloroso,
escapando de todo, engañando hasta al aire,
sin querer reconocer...que erraste...
Veo que llegarás tarde,
¿Esperarás a que la escarcha en el surco se vuelva agua?
Tranquilo...estaré aquí, hasta que florezcan nuevamente las Calas...
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