
El tiempo pasaba,
y su ausencia trepaba,
como hiedra por la escala,
suavemente, abriendo paso entre las tablas.
El tiempo pasaba,
crepúsculo y aurora
reflejaban una silueta,
quieta, casi inerte por la espera.
El tiempo pasaba,
imaginando el momento,
en que regresaría el sol,
único ausente, en su eterna Primavera.
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