
El reloj marca pausa,
en un mundo solitario,
donde cada uno, es uno,
y no importa quien va al lado.
Yo me cubro de cenizas,
de un volcán que se ha activado,
de promesas repetidas,
y de favores olvidados.
La noche larga se eterniza,
el invierno ha llegado,
se oscurecen los caminos,
y las puertas se han cerrado.
¿Dime dónde está la calma
que cubría mi mirada?
cuándo tu risa era mi luz,
y el Sol, mi morada.
3 comentarios:
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lindo texto
Gracias por tu visita Vian. :)
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