
Mi viejo, mi amigo, mi ídolo,
un ser ejemplar,
que dividió sus sueños y tierras,
en cinco parcelas,
para sembrar en ellas...
Un día sus manos de hombre honrado,
ya quisieron descansar,
y cerrando al fin sus ojos
orgulloso de su arado, pudo avanzar
Es extraño,
pero aún le siento aquí...
aunque todos se empeñan en decir
que ha partido,
siento, que sigue conmigo....
¿Por qué?
Porque mis ojos aún le buscan
cada vez que llego a casa.
y mi boca aún es dueña
de palabras
que no pronuncié para él..
y porque anhelo tanto hoy,
poder decirle...”gracias”.
No, no quiero llorar,
pero no imagina cuánto
extraño poder
volver acariciar
sus cabellos de plata,
y sobre ellos descansar...
Cuando una puerta se cierra,
siento su mano en mi hombro
como diciendo olvídalo,
ya pasará.
Y es increíble,
como otra se abre...
Sé que es por él,
y porque a mi lado siempre va...
En el cielo de mi vida
como una estrella ha de brillar,
como aquella que nos ha dejado,
miles de años atrás,
pero sigue alumbrando siempre,
desde el mismo lugar...
Hoy su recuerdo,
hace mágica la tarde,
como todo lo que vino de él,
y no puedo dejar de agradecer,
en esta maratón de mis días,
el premio que me otorgó Dios,
porque sé que me dio,
como padre...”el mejor”.
(Para alguien especial. A la memoria de su padre).