
Aún siento tus pasos,
en el camino que lleva al río,
vas lento y taciturno,
como si una duda,
invadiera el nido…
Son variadas apuestas,
muchas de ellas, fallidas,
sin sabor a nada,
mezcla de esperanzas,
y mentiras varias.
El ocaso siempre llega,
cuando menos lo esperas,
cuando la ilusión te acoge,
los años pasan,
O una pena embarga el alma.
Decidir está en tus manos,
continuar por el mismo camino,
O voltear tus pasos,
hacia el otro lado del río,
olvidando para siempre, lo vivido.
Mas, querido amigo,
sólo una cosa te digo;
no hay peor tristeza,
que no sentir la vida,
y avanzar en ella…